Sigues el corazón tocando
si estas dormida o despierta,
entras dejando abierta,
la puerta que rechinando
llegas como recordando
una situación incierta,
de estar viva o estar muerta
y no tener por bien la certeza,
de saber que te está acabando,
¡esa maldita tristeza!
Por: Alejandro O. de León Soto
Tijuana, BCN. MEXICO, Jul.18/15