GuillermoO

Desde un poema de e.e.cummings (1884-1962) editado

 

 

 

Yo que tatué tus manos en el árbol sereno que dá a mi casa,

y que de beber te dí por gotas

para que tu sed durara lo que el mar,

conservo para tí la nube parca y el temblante viento,

y las flores que derrochaban sus ansias

al ver el flujo de tus ojos celestes.

 

Investígame la boca

y hallarás

las marcas de los besos no dados.

 

Nada.

Ni el contorno de tu cuello cuando lo moja la lluvia

podrá decir

cuánto yo te he amado.

 

G.C.

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