Como recuerdo esas manías tuyas
de contarme todo,
cosas intransigentes y lo imperecedero,
tus miedos, gustos, e ironías
tu bondad con el mundo y las acciones pequeñas.
Recuerdo tu angustia y preocupaciones
tus sueños y anhelos,
recuerdo vagamente tus caprichos y dramas
y como todo eso me enamoraba.
Pienso en ti constantemente
a distracciones y en los divanes que te evocan
entre monólogos repetidos
y esa retórica que no olvida
Extraño tanto esas fotografías,
la alegría con la que me dibujabas las cosas
pero sobre todo esa comisura entre tus labios y
la forma en que partían el silencio.
Extraño hasta tus dientes,
de los que tanto te quejabas,
y que en este instante
encendieron tu recuerdo.