Cuando el cuerpo se nos rompe pues perdemos la salud,
Cuando el dolor nos fatiga pues se añora su virtud,
Valoramos esos tiempos en que todo era mejor,
En que nada nos faltaba: juventud era vigor;
No es momento de quejarnos, es momento para orar,
De pedirle a nuestra vida la armonía recobrar;
Sentiremos muy, muy dentro, nuevas ganas de vivir
Porque un fuego nos ayuda con una fuerza sutil;
Pensarás que es un milagro, mas verás que todo fue
La armonía del silencio, de la fe su gran poder;
Comprenderás que no existe, el azar, casualidad,
Todo es causa de principios que nos suelen gobernar;
Es tu cuerpo como un templo que procura plenitud,
Se prepara poco a poco para proyectar su luz;
Sólo pide a tu conciencia el vehículo mejor
Que te dé lo necesario para que expreses tu amor;
Entenderás que en la vida es nuestro único deber
Procurar que nuestros hechos sirvan sólo para el bien;
Somos seres que veneran el deleite de vivir,
Prepararnos para todas nuestras misiones cumplir…