Ha dejado sus alas sobre el escritorio
Sutil de madera…
Que aplica a las almas gemelas
En el momento justo que respira tu aliento
La seda envuelta dentro de tus manos,
Tu voz que paso a paso enmudecía mi alma
Cuando por fin llegue a encontrar esa calma
Atravesarme el corazón…
Nunca sabré que misión te ha encomendado
Nuestro tan querido Dios,
Pero de algo estoy seguro…
Ha creado la más preciada conexión entre los dos,
Las letras vagabundas de los aires
Incrédulos del destino,
Las tormentas incontrolables de la vida
Fundidas en las ramas de tus brazos…
Los mares solo de agua dulce para adorarte
Sobre el rio increíble de tu labios…
Que desborda la mirada de todo aquel
Que muere por beber de ellos
Cuando la sed increíble que reparan
Los días de sequia veraniega…
Pondría sobre aquellas hojas nuevas
Mi alma…
Cada paso transitado en tus palabras
Ese mensaje del paladar perfecto
Recorriendo las historias que derrocan
Los mitos interminables del amor…
Te vi una tarde otoñal que declinaba
En la cúspide del invierno del dolor
Como bajada del cielo…
Vi tu suave resplandor en mi mirada.
Y fue así que desde ese día
He rezado en lucha contra mi agonía…
Para que nunca vuelvas a subir.