Fue una ráfaga de viento
esa flecha perdida de Cupido,
la que me marcó el destino
con tu presencia…
fue una sensación extraña,
como si alguien me besara el alma
sin decirme quien.
La consciencia se me va perdiendo,
la sangre en mis venas,
ya es asustada marea
como si cien caballos
galoparan sobre ella…
con tan solo oír tu voz
mi corazón se acelera
y se colorean mis mejillas.
La tímida noche que te conocí,
quedo ebria mi locura
ante tu piel encendida,
tan torpe me resistía a reconocerlo…
Me he enamorado de ti;
Que un simple roce de tus manos
es causa de un ferviente delirio,
abriendo la primavera
en mis fríos inviernos.
La lucidez de mi amor por ti,
se ha convertido en fiel hábito
es como saciarme de agua
entreabriéndose mi boca inquisitiva…
Y me di cuenta;
que al sentir tú aliento en mi rostro,
mi lengua humedecía
mis labios sedientos,
es amor lo que por ti siento.
El palpitar de mi sexo
en loco frenesí, inquieta mis piernas,
confunden su voluntad
y flaquean sin remedio…
Estoy enamorado de ti;
Y tu mirada me desnuda
como marcando su propiedad
ahora soy un territorio vencido
por el amor que siento
sin haber prestado resistencia.
Y me di cuenta,
que tú lo sabías…,
que gozas al verme
rendido a tus encantos
confiada, de que en mí,
obtendrías tu victoria
después de saciar tu hambre
de mil emociones, de amores
de flores, de caricias al instante,
de poesías y de cantos,
hasta que mi vida se acabe.