Donaciano Bueno

Después, no queda nada

Más allá de la nada, nada queda,

ni siquiera un suspiro, una sonrisa,

la sombra adormecida de la brisa,

el lento caminar de la vereda.

 

Ni un rescoldo en la lumbre, una pavesa,

una mota de polvo en la almohada,

el rubor de una ninfa enamorada

ni resquicio del verso que le besa.

 

Ni tan siquiera un sueño, la pereza

del sol al asomarse en la alborada

o el sentir que embarga a aquel que reza

 

Por no quedar, no existe la existencia,

ni el alma ya se siente atormentada,

que ausencia es de idear y de vivencia. 

©donaciano bueno