Es tan obesa que me confundí,
¡Creí que ladraba un cerdo!
y eso mismo le advertí.
Era kendra la perrita de mi hermano,
que de tanto que ha comido
se ha puesto como un marrano.
Se le va en comer y dormir,
ella no se da a la pena
no conoce de sufrir,
mas ya todos le dijimos
que se ponga a dieta
pero sus sentimientos herimos
y no queda nada contenta,
pareciera que comiera más,
y de su plato de comida
no se aparta ella jamás.
Se termina su porción
y nuevamente se forma,
por eso su cuerpo transforma
al comer doble ración.
La llevaré a correr
en las canchas o en el parque
haber si se le olvida comer
porque está empaque y empaque.
(De Clear Eyes)