Pepe Pnca

33. RELATO

 

 

 

   

 

 

33.

 

 

LA FURIA Y LA TRISTEZA

 

 

En una laguna de agua cristalina se hallaba un estanque maravilloso, donde nadaban los peces de todos los colores y donde las tonalidades del verde se reflejaban permanentemente.

 

Hasta ese estanque se acercaron a bañarse haciéndose mutua compañia la tristeza y la furia.

 

Las dos se quitaron sus vestimentas y desnudas entraron al estanque.

 

La furia, apurada, urgida -sin saber por qué- se baño rápidamente y salió de inmediato del agua.

 

Y como la furia es ciega y no distingue claramente la realidad, desnuda y apurada se dispuso a ponerse la primera ropa que encontró.

 

Sucedió que esa ropa no era la suya, sino la de la tristeza, sin darse cuenta, la furia se fue.

 

Por su parte, muy calmada, y bastante serena. dispuesta como siempre a quedarse en el lugar donde está, la tristeza terminó su baño y sin nigún apuro salió del estanque.

 

En la orilla encontró que su ropa ya no estaba.

 

Como todos sabemos, si hay algo que a la tristeza no le gusta es quedar al desnudo, así que se puso la única ropa que había junto al estanque, la ropa de la furia.

 

Cuentan que desde entonces, muchas veces uno se encuentra con la furia, ciega, cruel, terrible y enfadada, pero si nos damos el tiempo de mirar bien, encontramos que esta furia que vemos es solo un disfraz, y que detrás de la furia, en realidad esta escondida la tristeza.