Un dìa como cualquier otro,
iba por la calle pensando,
pensando en aquellas cosas,
en aquellas cosas que me agobian,
que no me hacen descansar,
tambièn recordaba,
recordaba aquellos momentos,
aquellos momentos de felicidad continua,
que no me dejaban parar de sonreír,
y ahí en mi laguna de recuerdos,
encontré a esa chica,
a esa chica que no he encontrado olvidar,
que marcada en mi mente como siempre,
sin ninguna señal de olvido,
me atormenta,
me atormenta sin piedad,
pero igualmente me hace descansar,
me hace descansar su hermosa mirada,
su imagen bella, serena he inteligente
siempre presente,
y su calìda y confortante manera de ser,
que sin ninguna dificultad,
cautivo fácilmente a este corazón,
y que ha pesar de no estar presente tal mujer,
no se ha podido olvidar ni un poco de ese bello ser,
que como una rosa de pétalos rojos
con un tallo lleno de espinas,
creciendo cada dìa mas en un corazón palpitante,
y sufriendo tal dolor,
provocado por tal rosa
que clavando sus espinas para alimentarse,
del jugo rojo llamado sangre,
que la tiñe con cada gota
a tal rosa,
de rojo carmesí