Judit Q
Celos a un Amor Platonico
Dulce dolor, sangre de tu elixir que a mi garganta empapa,
hazme retorcerme en esta vibrante y bellísima locura.
El monstruo de ojos verdes, salvajemente a mi alma atrapa,
cruda y patética realidad disfrazándose en hermosura.
Mis hilos están guardados, pero se sacarlos cuando quiera,
yo sitúo la guerra demoníaca, yo soy el blanco principal.
Sus ojos escarlata hacen llorar mi cielo y temblar la tierra,
donde se anudan las tripas, donde el raciocinio es fatal.
Donde el hastío consume los días fría y lentamente,
esa versión de la mente que no te quiere abandonar.
¿A donde el torturante olvido que hoy no está presente?
Agradezco gentilmente que sea este mi dulce pesar.