Tengo un soneto de canción triste
y una pluma llena de letras,
Letras vacías, de petróleo, de lava,
de lágrimas que corren cual manantial
por mi piel gélida, sin paz, sin armonía,
deshaciendo sin piedad aquel nudo en la garganta que retuve cuanto pude pero que al final estalló...
Y volaron poemas, fuego, y mariposas ya ancianas, cansadas de esperar tu amor,
cansadas del alimento insípido de tus besos cada mil años...
Tarareando con desesperanza
todas las canciones que un día no quisiste oír.
Llevaban entre sus alas los recuerdos de las veces en las que me llevabas al cielo y alli, desde las más altas nubes me permitías contemplar el universo, tan frágil, tan fresco.
Para luego, de un empujón violento
obligarme a caer sin protección
al horrendo asfalto de tu imágen imposible.
Ya sin ti, deambulaba sin rumbo
hasta volverte a encontrar y en un ataque de masoquismo, subía volando entre tus piernas aún conociendo cual sería mi destino.
Tengo centenares de besos, tengo abrazos fugaces, tengo amor tierno y tibio...Y tengo una soledad que llena mis días de humo, alcohol, tinta y sangre.