Y te llamas Fausto…
Para mi tercer nieto.
_Mamá, vas a ser otra vez abuela…
La emoción me pudo, y mis ojos se empañaron,
pues recuerdos inolvidables en mi otoño,
llegaron para cubrir de amor,
mi alma de mujer madura.
En un capullo de pétalos suaves
abrevaste la savia, y te fuiste formando mes a mes,
dentro de una corola de dulzura rosa,
que fue creciendo en el útero sensible de tu mami,
que te soñó desde el primer día junto a papá.
Con tu abuelo y familia, compartimos la alegría
de saber que de nuestra sangre iba nacer en mayo,
un retoño más, un trocito de vida pequeña,
como lo fueron tus dos hermanitos.
Ellos, sin terminar de percibirte,
asombrados,
veían abultarse el vientre,
y sonreían al posar sus manitas, ver que te movías.
Cuando supimos tu sexo,
fuiste Fausto,
el tercer varón; que esperaría en el seno materno
la culminación del ciclo,
para con un sollozo, surgir a la vida.
Te amamos dulce pequeño…
Tu abuela Ana
19/05/2015