A través de la tarde que pasa por tus muslos
Igual que la alborada que cae sobre tus senos
así decaen mis manos sobre tus glúteos tibios
sobre tu espalda fría
tú eres la Eva triste
y yo el Adán sin ojos
la manzana es tu boca y yo quien la mordía.
Déjame escudriñar en esa fosa que calienta mi mano
remover las entrañas donde guardas secretos
es igual si te quiero
si te tomo
o te dejo
porque ahora que estás conmigo no sé si te deseo
-ya no tengo un cajón donde esconda este verso-
Ni un puñado de tierra donde tirarme muerto.
No hay diferencia entonces cuando tocas mi brazo
cuando metes tu lengua en mi boca acerada
cuando toco tu pierna
cuando beso tu pecho
no hay nada parecido cuando extrañarte puedo.