‑ Doctor, ¿cuál es el mejor antídoto contra la depresión?
‑ ¿El mejor? ¡La PACIENCIA, no cabe discusión!
‑ ¿La paciencia? ¿Y en qué farmacia consigo eso?
‑ “Sagrado Corazón de Jesús”, se llama ella.
‑ ¿Y es verdaderamente eficaz el tal remedio?
‑ Para demostrártelo te leeré la reseña:
“Venid a mí, todos los que estáis cansados y agobiados,
y yo os aliviaré –dice Jesús‑ Y aprended de mí,
que soy manso y humilde de corazón.
Tomad sobre vosotros mi yugo
y hallaréis descanso para vuestras almas,
pues mi yugo es suave y mi carga ligera”.
‑ ¡Guau! Esa fórmula suena fantástica, hasta mágica:
sólo de oírla se me llena de paz el alma.
¡Corro ahora mismo a comprar ese antídoto milagroso!
‑ Pídele al farmacéutico los cuatro Evangelios:
ellos te proporcionarán sabios consejos
con los que adquirirás la PACIENCIA, y pronto:
¡adiós depresión!
‑ ¡Es cierto! ¡Qué gran liberación!