Quiero que seamos un guerrero.
Quiero que me beses primero con ternura, luego con pasión.
Quiero que tus manos me despojen de mis miedos
y tus dedos enredes en todos mis cabellos.
Que te apoderes de mi cuello y recorras los caminos de mi cuerpo.
Que penetres con la espada de tu ser hasta el fondo de mi alma
y la entierres donde jamás nadie pueda llegar a derrumbarla.
Que me abraces con el casco de tu corazón
y me protejas con el escudo de tus brazos.
Y así, con la armadura puesta, siendo uno solo,
hundámonos en el fondo del océano del amor.
Y que nos mueva Dios con el aire de su espíritu.