orlando guevara

CONCÉDEME EL OLVIDO

Concédeme el olvido de tu voz,

que se haga tan distante y tan oscuro,

que deje a las campanas en olvido,

que no haya un sinónimo que  de vida,

que no alcancen mis oídos nunca,

que se borre de tu boca y de la mía.

 

Concédeme no tener corazón,

este frío en ambas partes no me alcanza,

no puede este cuerpo ya habitar

y no puede en esta prosa su alabanza.

 

Concédeme el olvido de tus ojos,

esa  gota que prendía cual piel verde que envenena, 

desarma mi camino y la locura,

y  el último peldaño que me queda,

al ver los soles que se cruzan en la noche.

 

Olvida que te quise, que fuiste el cielo en mi penumbra,

en el canto del albor y en la suave tempestad de tu dulzura,

olvida que tu nombre fue perfume,

que fue público este amor...

y los ojos trás tu ojos son ajenos ,

mientras corre trás tu pelo esa fragancia,

olvida que tus manos me advirtieron,

que el olvido nunca se desgasta.

 

Concédeme el olvido de tu nombre

y deja que mi corazón descanse,

que vuelvan sus látidos pasajeros,

que mi sonrisa se extienda,  tanto como lo prohíbo

en ese mar en que mi ojos navegan,

esquivando las ballenas blancas

y las espadas de fuego que se incrustan

rompiendo su sonrisa venidera.

 

Olvida ya los gritos que me dicen

que aún estando ciego no dejo de verte,

concédeme olvidar que fuiste mía 

y aleja tu presencia de mi mente,

que pueda no volver a verte

y que no volver a verte pueda

permite corazón  melancolía, tristeza

soledad y un mar de penas

permita que este corazón se erige

y concédeme su muerte...