Cuando bebí tu licor
No pensé caer rendido
Embriagado y aturdido
Por sus influjos, amor.
Me ataste a tu pecho fuerte
Sin que escaparme pudiera,
Peleaste con la quimera
Que provocaba mi muerte.
Hoy me llegan tus alientos
Hasta el fondo de mi ser.
Con tu bella melodía
Borras por siempre el ayer.
Desde el cielo bajan cantos
Que no había percibido,
Y eliminan los quebrantos
Como nunca había podido.