Estoy pecando de omisión
al decir tu nombre y no comerte a besos
cuando llegas y te posas
en mi suspiro
diciendo “aquí no estoy”.
Diciendo “no me mires,
no me toques,
no desees cada parte de mi,
que aquí no estoy”.
Estoy pecando de omisión
al saber que peco de lujuria
y no hacerte mía.
Otra vez
no hacerte mía.
Estoy cansado de nombrarte
teniéndote aquí,
tan lejos,
comiéndome las ganas de pecar.
Por tu culpa,
por tu culpa,
por tu grande culpa.
Quién te manda ser la esclava de mi afán,
y dejarme aquí, en mis abandonos,
pecando de omisión
por no poderte amar.
Carlos Alcaraz
9/03/10