poeta larico

La cleta.



Reposa junto al muro
la anciana bicicleta
está fatigada de infancia
vestida de esa vejez de tono sepia
conoce todas las calles del pueblo
en su vida cíclica
siempre hubo voluntad para otra vuelta
pero el tiempo le caló el alma
cuando los niños crecieron
porque sin ellos no vive
no se mueve
y ve pasar los días apoyada en el muro
le cuenta a las piedras y al polvo
cuando salía de paseo por la costanera
y de cuando en la alameda atestiguó un beso
de cuando se detuvo en la plaza
para ver las palomas rumiar
las migas que aventó algún viejo
pero ahora la vieja es ella
y duerme el letargo del olvido
ahora que el niño es hombre.

 

(José Luis Pereira Retamal)