Desnudas lucen, las sabanas/ sin ti,
las miradas/ perdidas en tu cama.
Mis labios gritan de miedo: sin alma,
el insomnio cruel/ se apoderó de mí.
Vacías están, las blancas paredes/
sin el agua, que recorre tus manos,
sin el beso que voló en tus redes,
y perdió su color en sueños vanos.
Marchitadas lámparas, iluminan;
el ocre del ventanal –desvestido-
por fuertes torbellinos otoñales.
Donde fantasmas, recuerdos/ caminan,
despojando de la luna el vestido/
empapado con lluvia de cristales.