Inmersa en la penumbra, quebrando tu silencio,
con el acuerdo tácito de recorrer tu piel,
te beso entre suspiros y juego con mis dedos
a dibujar caminos que lleven al placer.
Me fundo en tu mirada, naufrago en tu sonrisa,
mis labios mordisquean tu boca y tu nariz,
te estrecho contra el pecho y late muy de prisa
el corazón que al mío logró hacer tan feliz.
Devora esta penumbra... y vibra en todo el cuerpo
una extraña emoción que pugna por salir...
desborda como un río que busca el mar abierto
¡hasta siento que el alma del cuerpo va a salir!
Me tapo los oídos y cerrando los ojos,
me niego firmemente a saber la verdad:
había una almohada en vez de labios rojos...
y al lado sólo el hueco de la gris soledad.
¡Estrello el aparato que destruyó mi sueño!
y rezongando bajo miro por la ventana,
la luna aún alumbra y mis pies en el suelo
reposan en la alfombra mientras tiro las sábanas.
Desde un rincón del cuarto me mira tu recuerdo,
una sonrisa tenue se dibuja en mis labios,
al menos no has podido aniquilar mis sueños...
¡Y tengo un día más para seguir soñando!