Me alimento de ti, en cada mañana cuando el sol acaricia tu rostro, sabiendo que a mi lado estas, por amor y una profunda convicción.
Me alimento de ti, como la tristeza ama la vida de la verdad, por muy austera que parezca en su dureza.
Me alimento de ti, por ser amada de lo que hoy tengo, anclada a mi corazón como la raíz a la tierra, como la humedad a la vida.
Me alimento de ti, porque el amor no finaliza cuando eres mía, aún que el mundo sea triste para los de más, aún que la vida niegue mi alegría porque piensas mucho en mi.
Me alimento de ti, porque eres la belleza de mi existencia y de lo que nunca vi, y en tus brazos jamás dejaré de ser tu más febril amante.
Me aliento de ti, porque sin ti, es difícil vivir, sentir, existir, por mucho que sea de ti, por mucho que deje la divinidad de ser el hombre de tu vida.
Me alimento de ti, porque sin ti, es perder el sentido de lo que es vivir, y digerir la existencia de una devoción ante la vida.
Me alimento de ti, porque no sé qué hacer sin ti, sin tu caricia, sin tu beso, sin tu razón.
Me alimento de ti, por que no sé qué hacer sin ti, y quizás en algún momento no ser de ti disolverá la razón de dejar de ser de ti y para ti.
Me alimento de ti, porque la ironía jamás será una parte de ti en el placer de ser siempre de tu añoranza y esperanza.
Me alimento de ti, porque mi apetito por ti jamás a de dejar de ser inmenso en la devoción por ti.
Me alimento de ti, simplemente por que hoy y siempre nos amamos, y sin que lo sepas y sin decirlo, no se que hacer sin ti.
Marc Téllez González.