Aún era yo pobre, y un día un italiano que ni era amigo mío, sino que apenas era un conocido, me dijo:
-Marcelino, quieres ser rico? Y dejar de ser pobre!-
Mis ojos brillaron más que nunca en ese momento y el italiano lo percibió, yo sin embargo deseaba descubrir su secreto, como hizo para dejar la pobreza a un lado. No le respondí, solo el gesto y mi actitud, lo hizo continuar:
-Pues Marcelino, no “labore nunca” , no trabajes nunca.
Pero como es eso que toda mi vida me han enseñado a trabajar, que solo el trabajo me daría el dinero para comprar la comida, para ahorrar y después para tener algún día. No podía creer que ese sería el secreto! Sabía que para dejar de ser pobre implicaba algo de sacrificio, pues trabajaba, y trabajé mucho, hasta dieciséis horas diarias, fui explotado por mi propio tío. Y en verdad, trabajaba más que él, y ganaba menos, cuando el casi ni trabajaba, pero me decía que debería de trabajar.
-Ves, Marcelino, así como me ves, yo nunca trabajé. El trabajo es para los que no pueden pensar, el trabajo no es para los ricos como yo, nosotros pensamos, si trabajas no tienes tiempo para pensar. Al pensar, nosotros lo llamamos trabajar. Nosotros los ricos, trabajar, ni pensar, el trabajo es para los burros! Mira, has visto algún burro con chequera?
Y me decía en ese tono de italiano, con aquella expresión tan explicativa que lo entendía muy bien, aunque le salía algunas palabras italianas yo lo entendía bien. De verdad, burro con chequera, estaba bien la comparación, el burro trabaja y trabaja, y el que recibe la mayor ganancia es el que lo arria, el burro solo ganaba para lo que comía. Allí estaba el secreto para ser rico.
-Nosotros pagamos para que hagan el trabajo, ese es tan malo que hay que pagar para hacerlo, por eso hacen falta más los pobres que los ricos, siempre y cuando haya ricos que sepan mandar. Porque así como los ricos solos no pueden existir, los pobres tampoco sin el rico no pueden sobrevivir. Si yo estuviera trabajando, no tuviera tiempo para pensar como joder aquel o este!
Así es la vida.