Cada palabra suya fue como una aguja, como una nota de Chopin directa al corazón, como no poder volver a verla bailar entre las cortinas, como imaginarme su silueta en el humo del café o en una gota de agua. Y no estoy triste, he vuelto a sentir algo que se muy bien que no es tristeza. No quiero olvidarla, mi vida cojearía sin esa parte del camino. Tampoco quiero escapar del dolor, me duele pensarla pero no puedo evitar hacerlo, es como la muerte, la tranquilidad, verlo todo pasar sin que cuenten contigo o sin que te afecte, aunque te duela ser feliz. Quizás sea eso el amor o quizás sea que me mates o morirme por tu culpa.