Salpiqué tu estancia de mi ser,
fui regalándote pedacitos de mí
y esparciendo mi amor por tu existencia.
Ahora empiezo a recoger,
atesoro mi amor
y sigo mis sueños.
Guardo retazos de momentos a tu lado,
envuelvo con cuidado tus recuerdos,
y el deseo me lo llevo, pleno…
o te lo dejo, pues es tuyo.
El amor no fue la cura,
ni la incondicionalidad alimento,
ni la aceptación camino,
me creí capaz,
pero perdí.