Sentado y con los brazos
cruzados,
veo devenir el tiempo;
este, que apresurado por la edad
corre raudo y veloz,
deja de su paso
solo un cúmulo de
ácidas enseñanzas.
Pedante, el tiempo gira,
¡pero no se detiene! si lo hiciera
esto se acabaría y estuviera
contándole mis anécdotas
a mis antepasados que adelante
van.
Precede al tiempo la añoranza,
señora virtuosa ella, que en su
equipaje, guarda intimamente mis
archivos, que por non gratos los intitula
¡secretos!.-
Asoman con timidez furtivas gotas
que derraman mis pupilas; tibias, reales
y extremadamente salinas, como que
ellas expelen de mi vida la sal
que me acompaña.-
Consolidan mi frecuencia cardiaca
¡tus recuerdos!
que desgajándose del racimo emocional,
me traen una sonrisa que
por sincera hacen que en soliloquio
mencione tu nombre;
ese nombre que tantas veces
pronuncié
y que mi pluma sin mi ayuda
trazara.-
Pero el tiempo,
Ah, el tiempo...con él, el pretérito
se hace olvido, el futuro una
usurera utopía y el presente
una translúcida realidad.-
Por: Alejandro O. de León Soto
Tijuana, BCN, MEXICO, Jul. 26/15