Araceli Vellber

Un día de cirugía

 

Vienes con la cirugía más precisa, más exacta,

a extirparme mí delicado corazón,

olvidado el bisturí

operas con tus dientes

sobre mi pecho al descubierto

sobre el que pasean tus escorpiones

en busca de la picadura más dulce,

y vienes con el beso de la anestesia

como quien pone un clavo en la pared

para colgar nuestra última sonrisa.

Luego una vez dentro

entras con la pretensión de ser permanente

con el veneno inyectado con sabor a canela

con el punto de azúcar necesario

para endulzar mi vida

pero prefiero los besos con sabor a sal

mantienen la fuerza de la mar

las mareas

las olas

los vaivenes de los océanos

y lo presiento más fuerte

como la línea de tus ojos y la mar con su horizonte.

Vienes con la cirugía más precisa, más exacta,

para sentarte a mi lado

y me dices que serias capaz de poner del revés el mundo

a cambio de un beso

y yo voy, y te lo doy

y dejamos el mundo boca abajo

con los cuerpos suspendidos

y al final como siempre te resbalas, caes al abismo

y tus escorpiones inyectan tu veneno, en tu pecho descubierto.

Vienes con la cirugía más precisa, más exacta,

déjalo, ya es tarde, ya no hace falta