Siente corazón, ama sin medida sin miedo alguno que te lo impida.
Es sencillo pensar que amar representa sólo felicidad; sólo así lo pensamos, pero amar conjuga dichas y vivencias, que en su mezcla algunas duelen más que ser feliz.
¿Y sabes?
¡Feliz ya soy contigo!
Por eso te siento mía, tan mía, solo mía; sirena de mil flores que embellece los arrecifes en los mares de mis amores, bésame con tu canto de cortejo, que amándote estoy tal y como tú me amas.
Te olvidaré si me olvidas, y en silencio diré que aún me recuerdas, te sentiré sí me sientes, cuando dices que no me amas, naufragaré en tu llanto de mar salado cuando el dolor te inunde de algún sentido del amor.
¿Quien nos dice que amar no duele?
¿Quien nos dice que amar es una línea paralela que nunca se junta con el dolor?
Porque amar también duele de vez en cuando, y es cuando más te amo, cuando más te extraño estando juntos, como la arena blanca de mi playa desierta.
Te amo más en tu dolor, y más aún cuando me niegas, como cada parte que es de ti, y que piensas que es imperfecta.
Te amo como el océano, así de profundo , como la tierra y sus montañas, así de extenso, y como lo infinito del firmamento; y así es como te amo, porque te esparces toda en mi, como la ubicuidad del viento que acaricia cada parte de este planeta.
Vive mujer, mi bella amada; que ondas danzan en tu pelo cuando caminas en los patios y jardines de mi ardiente alma, que razonan, vive y suspira solamente en ti.
Vive divino ser, que para ti dios forjo la más bella inspiración de la poesía, que tan sólo al verte ya eres causa de amarte, quererte y adorarte sin medida, sin miedo alguno que me lo impida.
Marc Téllez González.