Imagino tu mirar… siento tu amor.
Mis fibras arden de placer,
Mi respiración se altera.
Mis venas sienten tu pasión.
Mi universo se bambolea,
Mi corazón palpita exultante,
De tanta felicidad borbotea.
Sueño mío… Príncipe distante.
Caballero de mis noches hechizadas
Y de mis madrugadas de ensueños,
Desconozco el placer de tus caricias alocadas,
De tus deseos, de tus pasiones sin dueños.
Desconozco el aroma de tu piel,
También la brillantez de tu mirada.
Ansío saborear el néctar de tu miel.
Deseo conocer la magia que envuelve tu existencia,
Embriagarme de la sonrisa acariciante de tu ser,
Sentir tus labios beber de mi amor con vehemencia.
Deseo extasiarme de delirio y de gozo fenecer.
Anhelo recrearme en los cuerpos desnudos,
Ardientes, fulgurantes noches tuyas y mías
Llegar al éxtasis en que dos cuerpos se hacen uno.
Qué irónía, cuanta ambigüedad…
Conozco el dulce encanto de tu poesía,
Tu secreta tristeza, tu hiriente soledad,
Sé de la música de tu alma, de tu sutil galantería,
mas nada sé de tu verdadera realidad
Te recibo por dulces cánticos celestiales.
Uniendo los cielos y la tierra, y lejanos mares
Allá, donde no existen límites ni fronteras.
Allá, donde lo imposible se hace posible.
Allá, voy como ave encantada, eterna viajera,
Deseosa de unir nuestras almas febriles,.
Fundir tu corazón y el mío en una estrella
Donde se confundan mi piel con tu piel.
Allá en los confines de nuestras huellas.
La noche es larga para mi vida enamorada
Falta tanto para asomar la alborada.
Nelly h