«No busques en las rosas
sus espinas
o en la noche
tinieblas
No busques en la boca
promesas
ni en el cielo
milagros
No busques
—solo siente—
o te quedarás sin
rosas
estrellas
ni sabrás al alba
el verdadero sabor
de un beso
en lo eterno
de unos labios».