Un tiempo ha de llegar en el que el sexo
no ha de tener el lugar que hoy ocupa,
ya no se ha de exhibir ningún obseso,
y dejará de hablarse del poseso,
No habrá miedo a que surja algún okupa
que a tu mujer conquiste con un beso.
Pasearemos desnudos por la calle
exponiendo aireaditas las vergüenzas
mostrando al descubierto nuestro talle,
sin ocultar el mínimo detalle,
haciendo ostentación de desvergüenzas
que hasta a los más críticos acalle.
Los hombres, por supuesto, con colgajo
sumido en un acentuado desvaído,
las féminas pasivas con su gajo
descubierto, así, con desparpajo
mostrándole a cualquier desconocido
cual si arrancado hubiéranle de cuajo.
Las mujeres se habrán ya liberado
de esa carga que dicen tan pesada
de ser madre. Suplirá a ese legado
-el acto del placer desprestigiado-
la incubadora, esa matriz deseada,
la conciliación laboral logrado.
Pobre del ser humano, ¡qué le espera
en este panorama tan extraño!
que el mundo nunca ya será lo que era,
los hombres convertidos en rebaño
manejándonos así año tras año
al albur de que un día llegue cualquiera
y pueda hacer de ti cualquier apaño.
©donaciano bueno