Alexander Vortice

RELÁMPAGO

 

Rueda el relámpago entre mis manos.

 

Permíteme la derrota y el vicio

de arrancar la maleza del alma.

Yo no necesito una pistola de agua

para asesinar peces

y tú no necesitas un tirachinas

para derribar el suelo donde naciste

por motivos de existencia.

 

Rueda la cobra entre las sábanas

y el gemido se hace penetrante ante tus senos.

 

Echo de menos todo lo que no viví:

recuerdos de una sustancia absorbida

a regañadientes.

 

Conservo la estética de un hombre

que jamás pudo verificar su imagen de siglos,

de milenios desmembrados a causa

de los paradójicos emblemas humanos.

 

Ahora rueda el relámpago entre mis manos…