los pies helados
memorias firmes
cabello suelto
ojos al cielo
manos al aire
espalda desnuda
pensamiento inestables
hombros cubiertos
y ahí estabas tú
con tu piel en flor
ese olor a esencia de mujer
y tus manos suplicando
algo más que solo deseos
con la mente en blanco
y aun así nunca te cansaras.