Rememoro el perfil de la esfinge
y mi lengua tartamuda revive en ti.
Pudimos asimilar la derrota
pero decidimos arrancar el asfalto
de las calle inamovibles
para darle sentido al sexo futuro.
Nadie pudo convivir en paz
desde que nuestras sonrisas inundaron
las avenidas destruidas por el espanto
y los ataúdes calcinados por el sol invisible.
Rememoro el río
que formó la muchedumbre enfurecida
y mi lengua resuelve gritar.