Donaciano Bueno

La pena absuelta

De un alfiler en la cabeza fria,

tan linda, tan airosa, tan esbelta,

un día una libélula zurcía

un poema de amor: la pena absuelta.

La luna en ese instante sonreía.

 

En ese periscopio, allí subida

mirando atentamente al infinito

la bella, ahora triste, deprimida,

creyó morir de amor, pegando un grito,

su sangre derramando por la herida.

 

Mientras así se hallaba el miedo huía.

se había diluido con el viento,

amor del que inhalaba la energía,

amor del que tomaba su sustento,

al fin amor que nunca cambiaría.

 

El pesar que creaba su congoja

absuelto había sido de pecado.

En la melancolía de una hoja

había sido escrito este legado:

la rosa si es de amor no se deshoja. 

©donaciano bueno