Nada puede ser tan parecido como tu sonrisa
Porque cada estela de emociones ilumina
Se intensifica con el color de tus marfiles
Se conjugan con lo curvilíneo de tu cuerpo
Se amoldan al espacio sideral del tiempo
El brillo de tus dos bellas piedras cafés
Irremediablemente esparcido en el camino
Tus hilos corpóreos capilares magníficos
El viento los anuncia como estandarte de vida
Tu piel es casi cual trasmutación angelical
Tu boca es la entrada al olimpo, gloriosa