Se ofrece limpio el aire, limpio de acuarelas y sonidos
vacio de ausencias y añoranzas
descansa el ave de su incesante vuelo
descansa el árbol de circular la savia
las hojas se agitan azarosas al capricho del viento
la quietud satisface y remite absurda al misterio del tiempo.
En el tropel de sensaciones que se han ido
persiste tu sonrisa de luna como un bálsamo febril y contundente
el atardecer va buscando su muerte
en tanto mi mirada descansa en una nada inquieta.