Tus ojos… mi poesía
Descubrí el tiempo en tus hermosos ojos negros.
Me quedé en tu mirada soñando…
Me sorprendió la noche en tu espalda.
Me llenó el sol de tus días y me quedé allí…
Me llevó la lluvia de marzo a ser tú abril y mayo.
Viajé en nubes azules sólo para llenarte de besos.
Rescaté los versos viejos de amor y ternura.
Saqué de tu barco rosas rojas que hoy son mi poesía
Al igual que tú yo sueño que un día flotaremos
Y seremos libres en el espacio para amarnos.
Lluvias vendrán a tus laureles y seré gota en ellos,
para que al tocarlos toques mi cuerpo.
Me deslizo en aromas de tus flores y dejo mis besos
sellando la huella de mis labios en un ¡te quiero!
Me recargo en tu cuerpo y me pego a tu cintura
Por qué quiero pensar que me abrazas cundo me piensas.
Quiero ser el botón de tu camisa para ir a donde vayas.
Tus ojos son mi poesía… estoy enamorada de tus ojos.
Sé que no caminas descalzo por la luna.
Sé que tus ojos sólo miran el cielo donde escribo los ¡te quiero!
Morirá el día y vendrá la noche a cubrirnos en sábanas de amor.
Desvelándonos la luna con sus cantos.
Será mañana cuando despierte en tus besos los aromas de ilusión.
Será mañana cuando nos confundan las ganas de amarnos,
y dejaremos la piel en los labios al sentirnos abrazados.
Recuerdos frustrados de los valles y los ríos secos de amor.
Esperanzas fallidas de los corazones que volaron en suspiros...
Promesas sueltas en palabras y sentencias que se frustran.
Llorar cenizas desde el fondo de los versos escondidos en un ¡te quiero!
Mentiras verdaderas, en amores que se ocultan en sentencias.
Abrazando fantasmas en tu nido de amor callado
Donde el viento va avanzando al horizonte de tus olas olvidadas.
Déjame decirte que te amo atrapada en tus ventanas de amor
En tus calles y en tu mirada rendida de amor me quedo.
Calló el canto del gallo, llegó tarde el beso al labio… ¡llovió!,
En mi corazón de amor por ti, suave brisa que me envuelve en ti.
Sintiendo cómo me voy acercando y me fundo en tu sonrisa.
La que me enamoró aquel primer día cuándo sentí tu alegría...
En la nevería adonde fuiste con Isa,.. ¿Recuerdas?... ¡ese día!
Me enamoré de tu risa y de tu manera de ver la vida.
Y desde ese día no he dejado de amarte…
Me miro en tus ojos donde quiera que vaya, ellos son mi poesía.
Alicia Pérez Hernández.
-No es la pluma la que escribe, es el alma-
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