GuillermoO

En el campo

 

El pasado me ata

si dibujo el contorno de tu rostro,

y vuelvo a él, impensadamente,

para entregarme como ofrenda conmovida.

 

Angustia y amor  hieren en mí a un desposeído;

la soledad me envuelve como el canto

que alguna piadosa dice lejanamente.

Nada queda en el campo.

 

Ni los ebrios que nadaban en el trigo.

 

G.C.

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