“La Flor del Barrio...”
Era la flor del barrio, el verbo en toda
la extensión de la palabra, todos la querían,
todos la amaban, por ser tan bella,
tan sincera, la rosa que todos deseaban,
pureza de pies a cabeza, corazón y alma
Al pasar por las calles, su pelo alborotaba
el viento causaba su efecto, con él jugaba
tenía el barrio revuelto, su perfume calaba,
era la mujer perfecta, todos se le declaraban
ella solo reía, todo le daba gracia
Alegraba las mañanas, con su dulzura
al hablarnos, era la más codiciada,
su sonrisa y virtudes, quien se le acercara
el alma cautivaba, pura primavera
refrescando las miradas
Nos ponía ausente, al mirar como caminaba
su escultura, su marcha, gastaba las miradas
era criolla mi la tierra, querida y respetada
amada en silencio, por muchos en la cuadra
cómo no se ha de amar, a la niña de pasión y llamas
Un día como el viento, tomo fuerza, se dio aliento
y marchó de su casa, los hombres, los pensamientos
se martirizan, se espantan, no hemos podido aceptar
entre amigos, nos tocó la añoranza,
que haya abandonado las cosa que más la atan
Se ha marchado, ha abierto sus alas, la costumbre
hace el reflejo, cada día buscamos su estampa,
solo un silencio, y las miradas, buscando entre si
la flor que nos alegraba el alma, la silueta perfecta
de la niña que todos extrañan
Ha dejado triste el ambiente, las noches ya no son claras
nos ha robado las almas, nuestra risa a carcajadas,
que en las calles se vivía, cuando piropos lanzaban
nadie sabe a dónde ha ido, nadie sabes lo que pasa,
algunos murmuran que el destino, la llevo por otras aguas,
Que hacia el norte tomo rumbo, abrazando una esperanza
que se jugaba el todo, por el todo, encima de una balsa
en su cara llevaba el reflejo, la tristeza la atrapaba
enjuagaba con lágrimas sus ojos, pedía a la virgen santa
para llegar con vida, a la tierra anhelada
Todos en el barrio, rezamos en silencio, pedimos
por su alma, al Dios que esta los cielos,
para que la proteja y ampare en su travesía
en las aguas, a la Virgen del Cobre, que cuide
de su hija cubana
Una oración en silencio, pero a gritos del alma
que proteja a los que el desespero obligan a estas andanzas
por todos los cubanos, que se arriesgan a cruzar esa franja
sin pensar en el peligro, y el sufrimiento que a otros causan
buscando sólo el deseo, de sentirse libres, del yugo que los ata