Tus manos vienen siempre a acariciar mi sueño
llegas soplas en mi frente tu aire de caricias
y te vuelves a marchar adonde te cobija un cielo
donde eres carne sola que pide a gritos mis manos
Tus pies de plumas te elevan sobre mi garganta
que inventa palabras nuevas y dice tu nombre
un nombre de matices diferentes a mis oídos sedientos
con mis ojos que te llaman para que aparezcas
En el ruido de la noche siempre te veo llegar
piel de uvas vestida de colores alboreados
labios sanos y de cálido aliento que desciende
sobre mi pelo para estampar en ellos palabras
Musa blanca acrisolada por relámpagos
con tu fina lluvia que refresca mis mañanas
trayendo en el cuenco de tus manos flores
de la tierra donde se tejen los anhelos más dorados
Una de estas noches he de conquistar tu niebla
el día se acerca de tu última visita de reposos
cada día estas más a mi lado y no te marchas
sé que ya ansías fundirte en mi como te pienso