Hay un pájaro muerto en mi querer
hay un pájaro lúgubre, inexacto,
un adiós de plumaje por mi tacto
que a su vuelo lastima hasta mi ser.
Hay un beso sin olvidar mujer;
también hay unos pájaros hambrientos
que lloran tardes de remordimientos,
lloran y no quieren echar al vuelo
tales pájaros picotean mi duelo,
¡ay! mujer, estos pájaros son cientos...!
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David John Morales Arriola.