Te animo a que aspires
el olor rosa de luna
y mis gardenias.
Te animo a que desenvuelvas
los recodos de mi otoño
convertidos en quimeras,
donde agoniza el verano que por ti
espera,
para adherirse a tu ribera.
Te animo a darme de tu sol
que sin nostalgia ni bruma
bañe el futuro incierto de mi cuna,
para adorarte con toda tu belleza
en el silencio del cosmos,
mujer de fulgores y entereza.
Sumérgeme en el ánimo de tu danza,
acaricia un instante el firmamento
y contágiame de tu predicamento,
para que sean tu paz y tu verdad
las que nos hagan navegar,
con viento favorable,
en la bonanza del amor...