¿Eres linda? ¿Eres buena? Yo sabía:
cambió por ti el crepúsculo sus rayos
y hoy sonrosa en afanes la alegría
en su pasar de abriles y de mayos.
Cambian las horas, los momentos vuelan
al palpitar del tiempo indefinido,
los poemas de amor mil luces cuelan
antes de un corazón atardecido.
¡Ah, pero tú –si mi cantar empieza
a dar tonos de ensueño y de tristeza,
lo temporal me inunda, perdonad-
eres el sueño de la noche esclava!
Buscad entonces la ternura brava
que hay en la miel de la felicidad.
MHS