Te siento ajena,
prisionera del tiempo
pervertida entre abusos,
ruidos de metales y
peatones delirantes
una sociedad urbana
que no camina,
se mecaniza y robotiza.
Te siento ajena,
perturbada por la miseria,
desechada en los suburbios,
acribillada por los huecos,
no hay vías ni equilibrio,
todo la política se repudia
de la gloria de 477 años,
Gónzalo Jiménez de Quesada
ha de llorarte en la miseria.