Bambino

De noche ella es caldera

Ella, enviudó a la luna

matando el astro rey

al amanecer.

Después del

fuego nocturno,

el témpano asomó

en su pálida piel.

De noche 

ella es caldera,

de día

gélida agonía

Y al abrir la puerta

para marcharse,

el viento 

levantó las cenizas.

Me queda en su copa

la marca

de su labial durazno

Y bebo de ésta sediento

allí, donde posaron 

sus labios.