Mujer,
hoy dejo en tus manos,
tu vida,
tómalá y has con ella lo que quieras,
pero por sobre todo sé feliz.
Si tu mano no se ahuecó,
al acariciar mi cuerpo,
como la mía, que ahuecada,
lleva todos tus relieves.
Si en tus ojos,
no se bañó mi mirada,
como la tuya,
que se sumergió hasta mi alma.
Eres libre de mí.
Naciste libre.
Si yo no te ato, que nadie te ate,
que nadie amarre tu vida,
que nadie encarcele tu alma.
Si alguna vez,
se encuentran nuestros caminos,
siempre habrá para tí una caricia,
siempre habrá un beso;
y lo que no sabes tú, ni yo lo sé:
talvez, un talvez.
Después tu seguirás tu camino
y yo el mío...