juan maria

UN AMIGO MUERTO

UN BUEN AMIGO                   

 

Fue el coraje de verdad

lo que mas valió

en esa época

de gauchos de pelea

y de chuzas ligeras.

 

Elegí para la guerra

a un bagual  

bueno para la yerra.

y para la pelea

aguantador sin igual.

 

Pero era malo el caballo

y sin alma desde chiquito

ese alazán

que por descariñado

lo bautice “Leviatán”.

 

Para mi esta guerra no era igual

porque era esta pelea

por  la bandera y por el general

y San Martin era donde sea

un amigo por quien pelear.

 

Se dio

que entre medio de un revoleo

lo bolean al caballo

y yo también

voy a dar contra el suelo.

 

Se me abalanzan los lanceros

y el potro

con las patas enredadas

de un respingo

enfrenta las atropelladas.

 

Se le hunden en el cuero

las lanzas de los soldados

que me habrían entrado

de frente y por todos lados..

 

Que alegrón y que tristeza

me embargaron.

porque ambos sentimientos

vinieron de la mano.

 

Al mismo tiempo

supe de la nobleza

del animal

y también

que se le iba el aliento

por los agujeros

que sangraban al viento.

 

Con la cabeza entre mis manos

fue cerrando los ojos

que tenían el amor de un cristiano.

Y los míos estaban llorando

y pidiendo perdón

a mi caballo muerto

que había creído malo.

 

 

Era de cabos blancos

con un lucero en la frente

mi amigo el alazán

ese caballo valiente.

 

Se murió apoyado en mi pecho

habiendo entregado la vida

para mi provecho

en aquella tarde sentida.

 

Solo el propio Rocinante

con Don Quijote al frente

demostró coraje tan grande

y estuvo en epopeya tan valiente.

 

 

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