UN BUEN AMIGO
Fue el coraje de verdad
lo que mas valió
en esa época
de gauchos de pelea
y de chuzas ligeras.
Elegí para la guerra
a un bagual
bueno para la yerra.
y para la pelea
aguantador sin igual.
Pero era malo el caballo
y sin alma desde chiquito
ese alazán
que por descariñado
lo bautice “Leviatán”.
Para mi esta guerra no era igual
porque era esta pelea
por la bandera y por el general
y San Martin era donde sea
un amigo por quien pelear.
Se dio
que entre medio de un revoleo
lo bolean al caballo
y yo también
voy a dar contra el suelo.
Se me abalanzan los lanceros
y el potro
con las patas enredadas
de un respingo
enfrenta las atropelladas.
Se le hunden en el cuero
las lanzas de los soldados
que me habrían entrado
de frente y por todos lados..
Que alegrón y que tristeza
me embargaron.
porque ambos sentimientos
vinieron de la mano.
Al mismo tiempo
supe de la nobleza
del animal
y también
que se le iba el aliento
por los agujeros
que sangraban al viento.
Con la cabeza entre mis manos
fue cerrando los ojos
que tenían el amor de un cristiano.
Y los míos estaban llorando
y pidiendo perdón
a mi caballo muerto
que había creído malo.
Era de cabos blancos
con un lucero en la frente
mi amigo el alazán
ese caballo valiente.
Se murió apoyado en mi pecho
habiendo entregado la vida
para mi provecho
en aquella tarde sentida.
Solo el propio Rocinante
con Don Quijote al frente
demostró coraje tan grande
y estuvo en epopeya tan valiente.
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