***Abandono***
Se sumergió en las aguas
profundas del dolor,
en una total soledad.
Sintiendo que el mismo Dios
le da espalda y no le responde,
busco consuelo en la compañía
de sus amigos íntimos pero
estos estaban dormidos…
Golpeo una y otra vez a las
puertas del cielo y el mismo
no contesto…
Y mientras tanto experimento
una angustia que ganaba terreno,
sintió un pavor mortal que le
retorcía las entrañas.
Veía enfrente a él un desenlace
trágico y agónico que lo llevo
asentir una tristeza de muerte.
Y es que el camino del creyente
es una experiencia de fe…
es caminar sin seguridades
ni garantías…
Es dar ese salto al vacío confiando,
es decir y permitir ese ¡Agacé!
que dijo la Madre y que se torna
en un eco en los labios de Jesús
en Getsemaní…
Caminar en fe es imitar ese acto
absoluto y supremo de confianza
que tubo Jesús…El de abandonarse
en las manos del Padre.